Mentí hace un rato. Escribí que este blog iba a empezar con el año, pues no es cierto. Empezará ahora. Y es que olvidé una parte importante de la presentación: la explicación. ¿Qué hay con la contemplación y el quehacer?
A lo largo de lo poco que he vivido, me he dado cuenta que me gusta observar el mundo. A veces, no hago nada más. Me siento sólo a observar. A ver la vida pasar. Y por suerte, siempre encuentro mucho que mirar. Me encanta. Me encanta la contemplación. Puedo mirar en todos lados y siempre encuentro algo. Y es por esta razón que la fotografía, el cine y el dibujo me fascinan tanto. Encuentro a estas artes como diferentes ángulos de una misma visión. Intentan representar al mundo con diferentes visiones. Cierto es que nunca muestran a la realidad tal como es, pero en eso estriba su magia. Todos esos detalles que se pasan por alto en la primera mirada, son motivo de inspiración para el cineasta, el fotógrafo y el pintor y dibujante (o pintor). Todas las luces se guardan en sus ojos, todos los colores, todas las texturas. Son los maestros de la contemplación.
Sin embargo, para hacer cine, foto o dibujo no basta con observar. Hay que crear. Hay que hacer. Y esta es la segunda parte del por qué. El quehacer que implica la creación. La constante invención de nuevos objetos y realidades. Esas dos actividades son las que me fascinan. Contemplar y hacer. Escuchar y hablar. Leer y escribir. Mirar y jugar. Oír y contar. Observar y crear.
Todo cuanto he hecho y quiero hacer se basa en estas dos simples acciones. Mi carrera, mis aficiones, mis relaciones... allí van. Y como un pequeño hilo entre toda la maraña, este blog y las ideas vertidas en él son un reflejo de mi pasión por observar y crear.
A lo largo de lo poco que he vivido, me he dado cuenta que me gusta observar el mundo. A veces, no hago nada más. Me siento sólo a observar. A ver la vida pasar. Y por suerte, siempre encuentro mucho que mirar. Me encanta. Me encanta la contemplación. Puedo mirar en todos lados y siempre encuentro algo. Y es por esta razón que la fotografía, el cine y el dibujo me fascinan tanto. Encuentro a estas artes como diferentes ángulos de una misma visión. Intentan representar al mundo con diferentes visiones. Cierto es que nunca muestran a la realidad tal como es, pero en eso estriba su magia. Todos esos detalles que se pasan por alto en la primera mirada, son motivo de inspiración para el cineasta, el fotógrafo y el pintor y dibujante (o pintor). Todas las luces se guardan en sus ojos, todos los colores, todas las texturas. Son los maestros de la contemplación.
Sin embargo, para hacer cine, foto o dibujo no basta con observar. Hay que crear. Hay que hacer. Y esta es la segunda parte del por qué. El quehacer que implica la creación. La constante invención de nuevos objetos y realidades. Esas dos actividades son las que me fascinan. Contemplar y hacer. Escuchar y hablar. Leer y escribir. Mirar y jugar. Oír y contar. Observar y crear.
Todo cuanto he hecho y quiero hacer se basa en estas dos simples acciones. Mi carrera, mis aficiones, mis relaciones... allí van. Y como un pequeño hilo entre toda la maraña, este blog y las ideas vertidas en él son un reflejo de mi pasión por observar y crear.
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