Las primeras clases de mi curso de Evolución fueron una introducción a la historia de la teoría evolutiva. Además del sobado Origen..., leímos algunas cartas de Darwin y vimos la película Creation, de Jon Amiel, de 2009. Este ensayo es un intento de aglutinar todo aquello sin que quedara muy forzado. Aunque igual creo que me quedó tan forzado como la sonrisa que ensayas en en una cena familiar donde te preguntan por qué todavía no te titulas.
Antiesencialismo para debilitar la fe
Cartas de Darwin y la película Creation
Ernst
Mayr (1993) identifica las tres mayores aportaciones que Charles Darwin hizo en “El
Origen de las Especies”: 1) Aportó una gran cantidad de evidencias de la
evolución; 2) propuso un mecanismo eficaz (la selección
natural) para que ésta ocurriera, y 3) promovió un cambio de pensamiento tipológico a pensamiento de
poblaciones. Es la tercera aportación la que resulta vital no sólo para sustentar la
teoría darwiniana de evolución por selección natural, sino para el
establecimiento del evolucionismo en general.
El pensamiento tipológico, también llamado esencialismo, postula que en la naturaleza existen “tipos” fijos de formas biológicas; por ejemplo, las especies. La transformación de un tipo a otro es imposible porque las variaciones no pueden traspasar los límites entre las especies. Para un verdadero establecimiento del evolucionismo, primero se debieron superar las ideas esencialistas.
El pensamiento tipológico, también llamado esencialismo, postula que en la naturaleza existen “tipos” fijos de formas biológicas; por ejemplo, las especies. La transformación de un tipo a otro es imposible porque las variaciones no pueden traspasar los límites entre las especies. Para un verdadero establecimiento del evolucionismo, primero se debieron superar las ideas esencialistas.
De
acuerdo con Mayr, Darwin fue quien de manera más importante reconoció la
inexistencia de los tipos, al señalar que cada individuo de una especie es único
e irrepetible. Esto es lo que Mayr llama pensamiento de poblaciones o poblacionista. Con ese paradigma, se sientan las bases para el desarrollo formal del
evolucionismo. Sin embargo, no es suficiente. Al respecto, señala Björn
Brunnander (2005) que no basta con reconocer que cada individuo es una variante
de un tipo, sino que también hace falta aceptar la idea de que las variaciones
pueden acumularse indefinidamente. Esta idea estaba muy clara en la carta que Alfred
R. Wallace envía a Darwin en 1858.
Aquí vemos a A. R. Wallace escribiendo precisamente la carta que cito. De hecho, el texto lo saqué de esta imagen. |
“[…] there is a tendency in nature to the continued
progression of certain classes of varieties further and further from the
original type – a progression to which there appears no reason to assign any definite limits…” [Hay una tendencia en la naturaleza hacia la progresión continua de ciertas clases de variedades cada vez más lejos del tipo original; una progresión para la cual no parece haber razón de asignar ningún límite definido... ] (Las cursivas y la traducción son
mías)
Sin
embargo, en varios pasajes de su carta, Wallace parece seguir reconociendo la existencia
de tipos biológicos. Esta podría ser una de las principales diferencias entre
ambos naturalistas. Darwin ponía mayor énfasis en los alcances de la selección
natural, como lo muestra la carta que envía al naturalista Asa Gray (1857):
“[…] and the
modification may be slowly increased by the accumulative action of natural
selection to any profitable extent.”
[... y la modificación puede incrementarse lentamente por la acción acumulada de la selección natural hasta cualquier grado provechoso. ] (Las cursivas son mías.)
En
esa misma carta es posible ver que Darwin defendió desde el principio la
importancia de la variación individual. Por otro lado, Wallace centró su
argumento en el potencial acumulativo de variación de las especies, sin
diferenciar claramente entre una variedad como subespecie y una variedad como
diferencia individual. De su carta se puede extraer que Wallace podría concebir
la evolución precisamente como esa acumulación de variaciones, una “tendencia
de las variedades a apartarse indefinidamente del tipo original”. Curiosamente,
esa concepción no se aleja tanto de la que Darwin hiciera más famosa:
“descendencia con modificación”. Si para Darwin la evolución sólo es una
progenie modificada, debe tener implícita la idea de una variabilidad
continuada para que pueda servir como definición de evolución a largo plazo.
Por favor noten lo importante que es poner imágenes en blanco y negro de los científicos en cuestión para que todos sepan que estamos hablando de historia de la ciencia y no de algo actual. |
Darwin
había llegado a la idea de selección natural mucho tiempo antes que Wallace,
como lo deja ver la película Creation,
de Jon Amiel. Las lecturas de la obra de Thomas Malthus, citada por Darwin en
su trabajo sin publicar previo a El
Origen, fueron por supuesto gran influencia para ambos. Esto se escenifica
en el filme con suficiente precisión, al igual que el inmenso trabajo realizado
por Darwin con la selección artificial de razas de palomas. En estos y otros
detalles, la película muestra a un Darwin metódico y cauto, como sus biógrafos
siempre lo han retratado. Sin embargo, también deja entrever una faceta de
Darwin que ofendería a más de un evolucionista que alguna vez haya discutido
con un creacionista. Creation resalta
una y otra vez la gran aflicción que resulta para el naturalista la muerte de
su hija, que incluso lo llevó a abdicar definitivamente de su ya de por sí
debilitada fe. Sin embargo, también enfatiza las afectaciones psicológicas que
este hecho dejó en Darwin. El mensaje velado que se encuentra en el filme es el
que nos han repetido varias veces otras obras sobre "genios" científicos, por ejemplo, Una
mente brillante, y es que la pérdida de la cordura va irremediablemente ligada a la
genialidad. Sólo que en este caso la caracterización psicológica de Darwin
resulta aún más cruel, pues sugiere que una vez que la fe religiosa se ha
perdido, no hay más camino para la mente que colina abajo.
Sólo un primate y su descendencia con modificación. |
La
sugerencia de que una tragedia personal fue la principal influencia para que
Darwin abandonara su fe es difícil de probar. Sin embargo, los biógrafos de
Darwin han atribuido constantemente esa abdicación religiosa a un factor proveniente del
reino de lo racional. Luego de la abrumadora cantidad de evidencias de la
mutabilidad de las especies, evidencias que también apuntaban hacia un abandono del
esencialismo, el agnosticismo de Darwin no hizo sino crecer. En ese sentido, el
pensamiento de poblaciones, instaurado por Wallace y Darwin allá en la Inglaterra victoriana, tiene implicaciones que trascienden la biología. No es de sorprender tanto revuelo aún en estos días.
Referencias
Brunnander, B. 2005. “What is Natural Selection?” Biology and Philosophy, 22 (231-246).
Darwin C. “Extract from an unpublished work on
species.” En Evolution, Mark Ridley
(ed), 1996. pp. 12-15.
Darwin C. 1857.
“Abstract of a letter from C. Darwin, Esq., to Prof. Asa Gray, Boston USA.” En Evolution, Mark Ridley (ed), 1996. 15-17
pp.
Mayr, E. 1993. “Typological versus Population
thinking.” En Conceptual Issues in
Evolutionary Biology, E. Sober (ed.), 2a edición, 1993, pp. 157-160.
Wallace A. R. 1858. “On the tendency of varieties to
depart indefinitely from the original type.” Linnean Society of London 53 - 62
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