martes, febrero 19, 2013

10 razones por las que me gusta Horizonte 107.9


La Internet es el lugar donde se despilfarran palabras sobre las cosas más banales. Si me gusta la foto de un gato en una caja, me aseguro de que todos se den cuenta. En esta vorágine de repentinas y dudosas aficiones, me pareció natural compartir mi gusto real y todo lo contrario a banal por esta estación mexicana de radio, un gusto que excede una y mil veces el botón de "me gusta" de Facebook. Llevo escuchándola los trece años que está cumpliendo de existencia, los cuales suman más o menos la mitad de mi vida, así que puedo asegurar que mi gusto no es un capricho pasajero: esto va en serio.

 

1. Porque es radio, y es radio pública.

En ese punto medio entre el reino de la imaginación y el reino de lo real, está la radio. Entre la completa abstracción de las palabras escritas y la completa concreción de las imágenes, la palabra hablada y los sonidos habitan en un mundo posibilidades concretas que se han echado a volar. Me encanta la radio porque no me pide nada y a cambio me alborota la cabeza. Me encanta la radio pública porque odio la idea de que un instrumento tan poderoso para trastocar la mente humana tenga como principal fin la propagación del consumismo y la ambición por el dinero.

Sobre todo, me encanta la radio porque está viva.

¡Ah! Y por la música. 

2. Porque es jazz. 

Rhapsody in blue, versión Fantasía 2000, fue la primera pieza de jazz que recuerdo haber escuchado atentamente. Por mucho tiempo, no fui capaz de describir la forma en que me sedujo. Luego vinieron Take Five, Fly Me To The Moon, In A Sentimental Mood, All Of Me... y otras tantas que ahora se difuminan en un gradiente recurrente que llega hasta hoy. Me encanta el jazz porque es libertad y no libertinaje, porque cada vez que existe es diferente e irrepetible, porque es un juego muy en serio y porque es imposible construirlo sin lazos de entendimiento humano.

El jazz no debería ser el accesorio de cierta clase social, debería ser un derecho humano. En Horizonte lo entienden muy bien y tratan de divulgar el jazz de tú a tú, sin pretensiones, entre amigos.

3. Porque es jazz del bueno.

Un día me topé con una lista, una entre tantas, de los mejores 100 discos de jazz. Después de buscar y escuchar los primeros veinte, me di cuenta de que la mayoría de las piezas ya las había escuchado en algún lado... Estoy seguro de que se repetiría la coincidencia con cualquier lista de lo mejor del jazz que encontrara.


4. Porque promueve la cultura del jazz.

En marzo de 2004, yo tenía dieciséis años y fui con mi padre a escuchar mi primer concierto de jazz: Wynton Marsalis y la Lincoln Center Jazz Orchestra en el Auditorio Nacional. Salí extasiado y quería encontrar al culpable. Sólo recordaba que me había enterado en Horizonte. Durante estos años he asistido a menos conciertos organizados por esta estación de los que he querido, pero no he dejado de observar que cada año crecen en número y calidad. De hecho, tengo la impresión pero no la certeza, como quien tiene la impresión pero no la certeza de que las cosas han ido mejorando con el tiempo, de que Horizonte ha sido el catalizador para que el jazz en el DF se haya propagado y desarrollado a sus niveles actuales, que son cada vez más magníficos. En Octubre... Jazz fue por un tiempo un oasis en el desierto del jazz en la ciudad, pero ahora hay más agua que arena: con los conciertos de aniversario, los conciertos de verano y los que la estación promueve aunque no organice, más los que se acumulen en la semana, es nuestra y sólo nuestra la culpa si no cumplimos con la ración recomendada de jazz en nuestra dieta diaria.

5. Porque no sólo es jazz.

La música es tan diversa como los grupos humanos. Se podrían llenar cientos de estaciones sólo con jazz, así como se podrían llenar estaciones con cualquier otro género, y serían estaciones ricas e inagotables (excepto tal vez con pop de Mtv). De una manera que no logro descifrar aún, Horizonte logra incluir de manera equilibrada algo más que jazz en su programación y no me hace echarlo en falta. Bossa nova en Bossa Beats, blues en Por los senderos del blues, soul y funk en Soul Sessions, salsa en Salsajazzeando, latin jazz en Picadillo Jam... Y cuando creí que no cabía otra, llegó la balkan en Caravana. Migrante nos lleva una semana a los recovecos más jugosos de la cumbia colombiana, y la otra a los poderosos cantos de Malí, mientras que Top France México nos lleva una semana a Francia... y la otra también. Bueno.

Y dentro ese conjunto de todo lo que no es jazz, sólo he mencionado la música. Si les platicara de los programas y cápsulas de literatura, ciencia, desarrollo laboral, cine, cultura, espacios para niños, noticias e historia, me quedaría sin razones para llamarla una estación de jazz. Pero, con todo, lo sigue siendo.
 

6. Por su ingenio y creatividad.

No sé cómo hagan radio en otros países, pero sé que serían afortunados de tener estaciones como Horizonte. Como si fuera una pieza de jazz en sí misma, esta estación está en constante movimiento sobre las vías de la creatividad y el ingenio. Creía que ya no me quedaba más afición por repartir entre sus contenidos, pero cada vez que liberan una idea para un programa, bloque, cápsula o campaña publicitaria comienzo a sospechar que no hay un número finito de cosas que puedan gustarme. Para lo que vendrá después, sólo espero tener el tiempo para saborearlo lentamente, como se debe.

7. Porque nos trata como personas inteligentes.

Existe un riesgo inherente al hecho de subirse a una tarima y hablar frente a un público: el de la condescendencia. Sin embargo, en Horizonte nunca nos han mirado (o más bien, hablado) hacia abajo. Además de tratarnos como amigos, tal como dije arriba, nos tratan como a amigos inteligentes. Se agradece tanto que por momentos me lo creo a pie juntillas y empiezo a exigir más y más. Mientras tanto, ellos no sólo se dan el lujo de nunca bajar la calidad de su producción y programación, sino que se atreven a mostrarnos auténticos experimentos radiofónicos, con la certeza de que los juzgaremos con la justa medida.

8. Por sus experimentos radiofónicos.

Cocinaba un día unos huevos con jamón mientras oía A la luz de los libros. Tocó el turno de Cortázar y leyeron un fragmento de Rayuela. Percibí unas notas de jazz como fondo musical, y pensé en lo maravilloso que sería un programa completo de Rayuela leída en voz alta combinada con el tacto musical de Horizonte. No sé si esos huevos con jamón me dieron poderes telepáticos y le hicieron llegar mi deseo al capitán Montenegro, pero a las pocas semanas ya anunciaba las cápsulas de cinco minutos de Rayuela. Durante una docena de días (siempre tan pocos), yo dejaba de hacer lo que estuviera haciendo a las once de la mañana y me relamía con la tersa narración y el perfecto acompañamiento musical de esos inolvidables cinco minutos (siempre tan pocos). 

Con la misma calidad de Cinco minutos de Rayuela, en Horizonte he escuchado los programas más imaginativos que recuerde. Por mencionar un par: Club Caballeros era una delicia para la imaginación. Últimamente, la indescriptible experiencia que es Hipnótika, en especial su segunda y su tercera temporada, me ha hecho repensar las posibilidades de la radio.

9. Por sus personas.

En Horizonte trabajan seres humanos. Esto por sí solo no sería extraordinario, si no fuera por la extraordinaria calidez, camaradería y respeto mutuo que todos ellos transmiten. Escucho que Erik reta a Hugo a un "amistoso" duelo musical de fin de año, como si se tratara de dos hermanos que juegan videojuegos. Leo que Mariana le deja mensajitos a Erik en Twitter: ella es fan de él y él de ella. Todos saben, incluido yo, las palabras para exorcizar un cuerpo chambeador tal como ha enseñado Dagmar. Alejandra visita la cabina de Hugo, Dagmar la de Mariana, Erik la de todos. Son profesionales y expertos en lo que hacen, pero no sólo son compañeros de trabajo: también son camaradas.

(Y hablando de calidad en su trabajo, no sé como hace Alejandra García para sonar el triple de sexy en la madrugada, pero lo logra.)


10. Porque esas personas me han adoptado.

Una noche, manejando de regreso a casa, me invadió un aire nostálgico y le pedí una canción al (querido, muy querido) Cónsul para que la agregara a su valija diplomática. Era tarde, me respondió el Cónsul, incluso para sus estándares, y el tiempo no daba para programar ninguna versión completa de On The Street Where You Live. Pero en lugar de no tocar mi canción y dejarme desilusionado y doblemente nostálgico, el Cónsul sacó uno de sus ases bajo la manga, inesperado y conmovedor a la vez: con voz cocodrilera y ronroneadora comenzó a cantar:


I have often walked
down this street before;
But the pavement always stayed beneath my feet before...

El Cónsul no tenía ninguna obligación: yo era un radioescucha más. Pero de todos modos lo hizo, simplemente porque se lo pedí y porque yo era precisamente eso: un radioescucha. Llegué a esta conclusión sólo después de comprender que en Horizonte adoptan a los radioescuchas con el simple hecho de que encendamos la radio.

No conozco a ningún horizontista en persona, pero me gusta pensar que esta relación que llevamos de voces-oídos no la tienen con nadie más y no pudiera existir de otra forma.




Estas sólo son diez de las incontables razones por las que me encanta Horizonte, estación que me ha llevado a tantos lugares y me ha mostrado tanto mundo (todo sin usar los ojos). Me gustaría darle diez veces este número de agradecimientos. Además de estas líneas, no puedo pensar en muchas otras formas de agradecerle que seguir siendo un radioescucha atento y entregado, pero crítico y participativo. 

Felicidades a todos los que han contribuido a la construcción de esta estación, que es para sentirse orgullosísimos. Yo me siento orgulloso y lo único que he hecho es escuchar.

¡Felicidades, Horizonte! 

 Un solo de jazz que ha durado 13 años: que cumpla miles de años más. 





3 comentarios:

Anónimo dijo...

Mil gracias por lo que escribes hermano, ha sido increíble encontrarlo en la red y tu vibra me llena de motivación. ¡Abrazo grande y gracias por esto!
Atte: Hugo Moreno
Soul Sessions

Anónimo dijo...

Mil gracias por lo que escribes hermano, ha sido increíble encontrarlo en la red y tu vibra me llena de motivación. ¡Abrazo grande y gracias por esto!
Atte: Hugo Moreno
Soul Sessions

Victorvenom dijo...

Estimado Hugo:

Es un gustazo que me escribas. Me alegra mucho que hayas podido leer esto, que sigue siendo tan cierto como cuando lo escribí.

¡Muchos saludos y gracias a ti!

Blog de Evolución de la UNAM